La mezcla de miel y clara de huevo, las almendras enteras, y la ligera oblea revistiendo esta combinación única hacen de este turrón un bocado inolvidable. En el obrador de Torreblanca, con sede en Alicante desde 1978, saben bien cómo elaborar un turrón que sale a la mesa año tras año. La almendra es marcona; la miel, de azahar -a partir de néctar de árboles cítricos-, y se percibe que hay algo diferente en el dulce de siempre: productos bien elegidos y elaboración tradicional.
El sabor de las sobremesas navideñas es conocido y, sin embargo, pocas veces uno de los buques insignia de estas fechas consigue colarse en el recuerdo por su sabor y textura. El turrón de Alicante de Torreblanca lo logra convirtiéndose en un capricho imprescindible del que no sobrarán ni las migas.