La mejor materia prima y el mimo son la base para disfrutar de unas patatas fritas Bonilla con el sabor y el crujiente perfectos. La selección en origen antes de pasar por el aceite y la doble selección, una mecánica y otra manual, las convierten en uno de los productos gourmet más demandados.
Este snack, procedente de A Coruña, tiene la textura y el grosor ideales para que cada bocado sea de lo más sabroso. Con la sal justa y bañadas en aceite de oliva, estas patatas fritas se han convertido en un producto delicatessen del mercado nacional e internacional. Y es que han estado presentes en un evento tan importante como el picnic de coronación de Carlos III de Inglaterra o en la oscarizada película Parásitos. El formato en lata les da un porte distintivo digno de su fama, además de ayudar a su conservación.