Los radiadores están volviendo a tener protagonismo en las tiendas debido a la preocupación por el gasto energético. En este sentido, conviene plantearse una cuestión: ¿cuál es el más eficiente para usar durante el invierno?
Hemos llevado a cabo un análisis muy completo en función de todos los tipos que existen en la actualidad. Los veremos según su fuente de calor, su material o incluso su estética. Además, te enseñaremos a reducir el consumo con su uso continuado, sin preocuparte por subidas excesivas en el precio de la luz.
Radiadores según su fuente de calor
El primer factor que has de valorar es el combustible al que recurren. Este puede ser o no renovable y ecológico, otro hecho al que debes prestar atención.
De gas
Funcionan con gas natural y están disponibles en multitud de formatos. Son capaces de generar calor y también ACS (agua caliente sanitaria).
De gasóleo
Utilizan gasóleo C, que lleva aditivos especiales para hacerlo compatible con las calderas. Es posible obtener más calor que con los anteriores, pero el precio es algo superior.
Eléctricos
Es el más estable y seguro de los tres. Además, recurre a un combustible limpio como es la electricidad, con lo que no emite gases contaminantes de ningún tipo.
Radiadores según su material
El material también es un factor determinante, tanto para su estética como para su eficiencia. A continuación, te mostramos los que más se venden en la actualidad.
De panel de acero
Están recubiertos por chapas de acero, un material de excelente conductividad térmica. ¿Qué significa esto? Pues que son capaces de emitir mejor el calor y también de mantenerlo durante más tiempo.
De aluminio
Está fabricado con láminas (o lamas) de menor grosor, con lo que se calientan todavía más rápido. Por otro lado, son más ligeros y tienen menos partes móviles, con lo que emiten menos ruido que los de panel de acero.
De hierro fundido
Este es el revestimiento más recomendable para quienes buscan un aparato con una elevada vida útil. Presentan una excelente resistencia a la corrosión y a la acción constante del calor.