La industria energética sigue desarrollando soluciones destinadas a la eficiencia y el autoconsumo, dos oportunidades para el futuro. Precisamente, la energía solar pasiva contribuye a optimizar el aprovechamiento de electricidad por parte de las viviendas.
Generalmente, es necesario efectuar una elevada inversión inicial. El capital destinado se recupera en un medio-largo plazo por la mayor necesidad de interactuar con el entorno. Es decir, la dependencia de las condiciones atmosféricas es considerablemente mayor, y las posibilidades de almacenamiento se reducen bastante. ¿Sabes en qué consiste esta modalidad? En este artículo te damos todas las claves.
Qué es la energía solar pasiva
La energía solar pasiva plantea el aprovechamiento de la radiación solar de manera directa. En este sentido, no pretende transformarla de ningún modo, sino mantenerla tal y como se recibe. Es la base de propuestas arquitectónicas contemporáneas, como las casas pasivas o las construcciones pasivas de otras características.
Por la misma razón, la ubicación geográfica puede ser una limitación importante. Sin embargo, en España tenemos más de 300 días soleados al año, según la AEMET. Esta cifra nos convierte en uno de los países de Europa con mayor posibilidad de aprovechamiento de la radiación fotovoltaica. Por tanto, es una oportunidad que conviene valorar y que nos sitúa en ventaja.
A estas alturas, es más que probable que hayas oído hablar de las casas pasivas. Este concepto surgió en la década de los 80 del siglo pasado. Busca una concepción arquitectónica que permita aprovechar la energía del entorno, sobre todo, la solar. Esta propuesta se ha identificado como responsable del ahorro de un 70 % en el consumo eléctrico.
Pero ¿qué papel tiene la energía solar pasiva en esta dinámica? La Guía del estándar Passivhaus, de la Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid, lo pone de relieve. La clave está en captar el máximo posible de radiación fotovoltaica, para lo que se requiere desarrollar estratégicamente las fachadas y ventanas, entre otros espacios.
Pero ¿qué papel tiene la energía solar pasiva en esta dinámica? La Guía del estándar Passivhaus, de la Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid, lo pone de relieve. La clave está en captar el máximo posible de radiación fotovoltaica, para lo que se requiere desarrollar estratégicamente las fachadas y ventanas, entre otros espacios.