Como consumidor, es esencial que tengas conocimiento acerca de cuestiones que influyen directamente en tu suministro eléctrico. Esta es la base para gestionar y comprender mejor tus facturas y, por lo tanto, tus gastos. En esta ocasión, queremos hablarte de la instalación trifásica en la vivienda y de su versión monofásica.
¿Qué es una instalación monofásica?
En primer lugar, es importante que entiendas dos conceptos clave:
- La fase, que es el medio por el que pasa la corriente, es decir, la electricidad.
- La corriente alterna, que es el tipo de corriente eléctrica más empleado en las viviendas (indica que el flujo de electrones circula de forma regular, hacia delante y hacia atrás).
Las instalaciones monofásicas son las que solo tienen una fase y una corriente alterna. Están pensadas para sitios de pequeño o mediano tamaño, con el volumen habitual de dispositivos y electrodomésticos de una vivienda (alrededor de 7, además de las luces). Por ello, estos montajes son los más empleados en casas y hogares unifamiliares en general.
Ahora bien, ¿qué potencia hay en este tipo de espacios? Dependerá siempre de la tensión normalizada:
- Para 220 voltios, suele ser de 13,86 kW.
- Para 230 voltios, tiende a ser de 14,49 kW.
Con independencia de esto último, podríamos ver una casa de grandes dimensiones que tuviera la opción monofásica. Esto se debe, por lo general, a que simplifica el suministro al hacer que todo el flujo de electricidad pase por una única fase.
¿Qué es una instalación trifásica?
La instalación eléctrica trifásica, por su parte, cuenta con un mayor rendimiento técnico, lo que permite vincular un número muy amplio de máquinas o dispositivos (más de 10 utilizados simultáneamente). Está pensada para un uso más exigente como, por ejemplo, naves industriales o edificios comerciales.
Es una instalación eléctrica más compleja que está distribuida en tres fases y tres corrientes alternas. De este modo, la potencia está clasificada en tres niveles, aunque han de tener como mínimo 15 kW por obligación legal. Suele utilizar 4 cables y equipamiento adicional para poder así manejar con coordinación y equilibrar la carga de cada una de las fases.
Respecto a la tensión, varía entre 380 o 400 V, una cantidad bastante más elevada que la que se esperaría para una vivienda.