¿Cuál es la historia del GLP?
El GLP se empezó a utilizar como combustible a principios del siglo XX, cuando se comprobó que la gasolina sin refinar se evaporaba muy fácilmente cuando estaba almacenada.
Una investigación del químico estadounidense Walter Snelling, en el año 1911, demostró que la causa de dicha evaporación era la presencia de propano y butano en el combustible. Esto le llevó a desarrollar un sistema que permitía separar estos gases de la gasolina y licuarlos al aplicarles cierta presión. Así surgió lo que hoy conocemos como el GLP o gas licuado de petróleo.
Su comercialización se extendió en los años 30 y, a finales de esta década, ya competían varias compañías en el mercado. Sin embargo, no fue hasta los años 40 y 60 cuando despegó su uso generalizado. El sector se fue expandiendo, se construyeron nuevas refinerías y el gasóleo desbancó al carbón como combustible comercial.
La llegada de la crisis del petróleo de 1973 marcó un punto de inflexión. La comercialización internacional del GLP hizo ver a los principales países productores de petróleo el gran potencial económico que tenía este combustible, por lo que la capacidad exportadora de Oriente Medio se multiplicó y se empezaron a construir numerosas plantas de recuperación de líquidos.
Pero los años 80 fueron los de máxima exportación del GLP en todo el mundo. No fue hasta esta década cuando se empezaron a extender en España las soluciones GLP para automoción, principalmente en vehículos de servicio público, como taxis y autobuses.