El fraude eléctrico es una circunstancia que suscita una gran preocupación entre los consumidores. Una empresa del sector detectó más de 70 000 casos en el periodo de un año, una cifra alarmante. Debes saber que, en esta práctica ilegal, las consecuencias perjudican a quien lo hace y también a quien lo permite.
¿Qué pretendemos decir con esto? Que es posible que estés siendo víctima de una estafa de este tipo, pero que también seas sancionado. Con el objetivo de que no te suceda, te mostraremos cómo identificar esta situación y qué debes hacer para denunciarla. Recuerda que, como ciudadano, estás en la obligación de informar a las autoridades.
¿Qué es un fraude de luz?
Consumo Responde, una entidad pública de la Junta de Andalucía hizo referencia a esta cuestión en el marco de los suministros básicos.
Lanzó, en este sentido, la advertencia de que se trata de «una práctica castigada por la ley y extendida». Incluso afirmó que pone en riesgo la calidad del suministro eléctrico y la seguridad para las personas.
¿Has oído alguna vez el concepto «fraude de luz»? Se corresponde con una práctica ilegal que persigue un abaratamiento en las facturas de la luz. Para ello, hay quienes recurren a conexiones ilegales o quienes trucan sus contadores. En cualquiera de los casos, las compañías suministradoras o comercializadoras pueden interponer una demanda.
En la actualidad, hay todo un marco legal que permite denunciar un enganche de luz:
- La Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico. Recoge las obligaciones y derechos de la compañía que proporcione la energía y les otorga competencias.
- El Real Decreto 1955/2000, de 1 de diciembre, por el que se regulan las actividades de transporte, distribución, comercialización, suministro y procedimientos de autorización de instalaciones de energía eléctrica.
Esta última norma es la que especifica cómo puede actuar una empresa en caso de percibir esta práctica. Más allá de cortar el suministro de manera inmediata, podrán tomar acciones legales. Cuando la cantidad defraudada supere los 400 euros, se interpondrán multas de hasta 2.000 euros, acompañada de una posible pena de prisión.
Los dos fraudes eléctricos que existen
El recurso más popular en la actualidad es el conocido popularmente como enganche. Es decir, una conexión a la red eléctrica sin la intermediación de un contrato ni un control de la potencia máxima. El usuario se acopla directamente al cableado urbano o de otra vivienda para utilizar su energía. Como te puedes imaginar, esta es una acción que está prohibida.
Hay entornos urbanos en los que, sorprendentemente, es habitual ver cables dispuestos de manera desordenada. La realidad detrás de este desastroso paisaje no suele ser una deficiente gestión municipal. En la mayoría de los casos, se ha creado una completa comunidad de viviendas que recurren a los enganches ilegales.
Otro de los tipos de fraudes eléctricos es más difícil de percibir. El motivo es que puede ser efectuado por una persona que tiene un contrato en vigor y una instalación homologada. Un hábito negligente, en estas líneas, es manipular el contador de luz. Como la información que proporciona está distorsionada, la factura se reduce de manera considerable.