El filtro de aceite es una de las partes más importantes del propulsor de un coche. Este pequeño componente ayuda a mantener el motor limpio y protegido al filtrar las impurezas y partículas de suciedad presentes en el lubricante del motor. Sin embargo, pese a su importancia, muchos desconocen para qué sirve este filtro y con qué frecuencia debe reemplazarse.
En este artículo, vamos a profundizar en todo lo que necesitas saber sobre el filtro de aceite de tu coche. Sigue leyendo para descubrir todo sobre este elemento.
¿Cuál es la función de los filtros de aceite?
Como ya te explicamos en el artículo sobre qué es el aceite y qué tipos existen, la principal función del aceite es lubricar las piezas móviles del motor. El objetivo es reducir la fricción y el desgaste, ayudando a que el motor funcione correctamente.
Sin embargo, a medida que circula por el motor, el aceite recoge partículas de suciedad, polvo y otros contaminantes que pueden causar daños. Es aquí donde entra en juego el filtro de aceite. Este elemento se encarga de atrapar las impurezas y evita que dañen las piezas del propulsor.
Además, el filtro también ayuda a mantener una viscosidad adecuada, asegurando que fluya de manera eficiente a través de los conductos. Un filtro obstruido o sucio puede impedir que el lubricante se distribuya correctamente, provocando una mala lubricación y graves daños en el motor.
¿Cada cuánto tiempo hay que cambiar el filtro de aceite?
La frecuencia recomendada para cambiar el filtro depende de varios factores: el fabricante del automóvil, el tipo de aceite o el tipo de conducción.
En cuanto al tipo de aceite, aquí te explicamos cómo saber qué aceite lleva tu coche. Cada tipo de lubricante tiene una vida útil asegurada, en la que mantiene todas sus características intactas. Por eso, es necesario prestar atención al tipo y a los tiempos marcados por el fabricante del vehículo.
Pero, para hacerte una idea, en general se recomienda cambiar el filtro cada vez que se sustituye el aceite del motor. Esto puede ser cada 10.000 o 15.000 kilómetros, en función del vehículo.
Si sueles circular en condiciones extremas, como carreteras polvorientas o climas muy fríos, es posible que necesites cambiar el filtro con más frecuencia. Además, existen situaciones que pueden hacer que sea necesario sustituirlo antes, como por ejemplo:
- Si notas que disminuye el rendimiento del motor.
- Si detectas un ruido extraño.
- Cuando disminuye la eficiencia de combustible.
En cualquier caso, lo mejor ante una de estas situaciones es acudir a tu taller de confianza para que los mecánicos puedan evaluar la causa.