Una instalación eléctrica puede experimentar distintos fallos durante su funcionamiento. Por ello, conocer sus causas y la forma apropiada de actuar es imprescindible en estos casos. La solución oportuna es llamar a un técnico especialista, pero hay ciertas prácticas que debes considerar. En su mayoría, están destinadas a interrumpir la conexión para mitigar posibles impactos de una avería de luz.
En este artículo te explicaremos qué debes hacer ante estas situaciones, pues identificar el riesgo y el tipo de fallo te ayudará a salvaguardar el inmueble y evitar daños personales. Por lo demás, habrá que determinar lo que ha sucedido para poder explicárselo al profesional que se encargue de subsanarlo.
Averías eléctricas más habituales
Cada vez dependemos más de la electricidad, con independencia de que su procedencia sea o no renovable. En consecuencia, esta tendencia ocasiona un impacto mayor en cualquier incidente con el suministro. Por esta razón, resulta tan importante que conozcas cuáles son las averías más habituales.
Subida de tensión
Las redes son estables, pero también es cierto que tienden a originarse picos. Este fenómeno se corresponde con un aumento breve y súbito del voltaje o la potencia. La causa más frecuente es un uso del suministro superior al que la infraestructura soporta o cuestiones técnicas que dependen de la distribuidora.
Pérdida de aislamiento
Esta circunstancia se desencadena cuando algún conductor se deteriora. Como consecuencia, la corriente se fuga, una situación que se pretende evitar con la bajada automática del diferencial. Lo mismo sucede si entra agua en un enchufe, incluso si pertenece a una regleta.
Cortocircuito
Generalmente, se corresponde con un aumento súbito de la corriente, que tiende a ser breve. Suele estar originado por un dispositivo de mala calidad que requiere demasiada energía, más de la que es capaz de procesar el enchufe. No obstante, también es posible que se deba a la caída de un rayo o a una avería en el contador de luz.
Problemas de distribución
Los cables de distribución son los encargados de dirigir la energía desde el punto de suministro hasta tu instalación. Conforme pasan los años, van perdiendo sus propiedades aislantes, se estropean y hacen imposible la conexión. Por lo tanto, se cortaría el flujo de electricidad.
Fallo en la red
Esta última situación obedece a numerosas causas, aunque la más común suele ser una obra de mantenimiento. De igual modo, puede estar desencadenada por la caída de un rayo o por el deterioro de la infraestructura eléctrica, así como otros factores que se dan en menor medida, como los errores humanos o las sobrecargas.